FIN DE SEMANA
Después de una agotadora semana, llegó el ansiado fin de semana para descansar y disfrutar de la magnífica compañía de los amigos. El sábado me dispuse a viajar hacia la capital dónde mis amistades me esperaban. La mañana se presentaba agradable, despejada y luminosa...una manera ideal de empezar los dos días de asueto que había por delante. Mi equipaje era ligero, simplemente un corto y vaporoso vestido negro para la cena de esa noche, ya que los vaqueros y la camisa entallada que vestía era lo suficientemente cómodos para pasar esas dos intensas jornadas. Me dirigí a la ciudad alrededor del mediodía ya que nos íbamos a reunir para almorzar y así concretar los planes para el fin de semana. Ya en la estación de autobuses, me encaminé a la cafetería en donde me iba a encontrar con ellos... Caminé tranquila disfrutando de las calles que hacía tiempo que no paseaba por ellas, observando las transformaciones que habían sufrido. Sin embargo, el paseo relajado que me