FIN DE SEMANA



Después de una agotadora semana, llegó el ansiado fin de semana para descansar y disfrutar de la magnífica compañía de los amigos.
El sábado me dispuse a viajar hacia la capital dónde mis amistades me esperaban.
La mañana se presentaba agradable, despejada y luminosa...una manera ideal de empezar los dos días de asueto que había por delante.

Mi equipaje era ligero, simplemente un corto y vaporoso vestido negro para la cena de esa noche, ya que los vaqueros y la camisa entallada que vestía era lo suficientemente cómodos para pasar esas dos intensas jornadas.

Me dirigí a la ciudad alrededor del mediodía ya que nos íbamos a reunir para almorzar y así concretar los planes para el fin de semana.

Ya en la estación de autobuses, me encaminé a la cafetería en donde me iba  a encontrar con ellos...
Caminé tranquila disfrutando de las calles que hacía tiempo que no paseaba por ellas, observando las transformaciones que habían sufrido. Sin embargo, el paseo relajado que me había propuesto para acudir puntual a la cita, se convirtió en algo más veloz de lo que yo había imaginado, puesto que mi llegada fue un poco anticipada.

Entré al local, iluminado de manera cálida, algo tenue, pero lo suficiente para que los clientes sintieran un ambiente de confianza y de disposición a la conversación, teniendo como fondo musical una agradable y elegante sintonía jazzística, acompañando a las originales y musicales pinturas de sus paredes.

Me acerqué a la barra, me senté en una banqueta y pedí un café capuccino (recordando mis charlas, en esta cafetería, en mi época universitaria).
Mientras me lo preparaban y en espera a mis amigos, me dediqué a observar a las personas que se encontraban en las mesas...una mirada masculina, de esas que producen escalofríos en la espalda al clavarse, se cruzó con la mía...al fondo de la sala...

Él se entretenía hojeando la prensa del día y parecía que, al igual que yo, esperaba impaciente su bebida.
Su rostro era dulce, cálido y enormemente atractivo...no sólo me llamaron la atención sus ojos del color del chocolate con leche, si no también sus labios, que, por un momento, imaginé ser besada por ellos...
De repente, un "su café, señorita", me despertó de mi ilusión y distraídamente volví a mi bebida y a los dulces que me habían servido para acompañar...aunque entre sorbo y sorbo, mis ojos irremediablemente se volvían para verle...y de nuevo, mis sueños se esfumaron al ser despierta por la llegada de mis amistades.

Por un momento, la conversación con ellos me distrajo de mi atracción...nos sentamos en una mesa cercana a la de él...mi silla y la del misterioso desconocido se encontraban una enfrente de la otra...
Me encontraba ensimismada observando como leías y bebías tu café, mientras de fondo se escuchaban las voces de mis amigos...

De vez en cuando, al levantar la vista del papel, sus ojos se volvían hacía los míos... en ese momento, mi mirada se desviaba, ruborizándome  e intentando seguir la conversación de la mesa para, posteriormente, continuar descubriéndole.
La persecución de miradas cada vez fue más intensa hasta que nuestras pupilas volvieron a encontrarse, acompañadas por una irresistible sonrisa, un gracioso guiño y un "¡Hola! apenas imperceptible de ambos.

Una amiga me despertó de mi ensoñación, al preguntarme algo y me sumergí en la conversación de nuevo...sin embargo, cuando me volví para buscarle de nuevo ya no estaba...
En ese instante, el encargado de la barra se acercó a la mesa y me entregó un trocito de servilleta escrito...en él ponía: "¡Llámame!" y un número de teléfono

Pregunté quién lo había escrito: había sido el misterioso chico de los ojos de color chocolate con leche...
La verdad es que me quedé gratamente asombrada, el hecho de que le pudiera conocer más, me seducía...

Sin embargo...el sábado me resultaba imposible debido a los compromisos con las amistades...y pensé que el domingo sería un día perfecto para tener una cita con él...
A media tarde, alrededor de las ocho, me dispuse a ir al hotel, después de unas animadas horas, y prepararme para la cena y la posterior velada...

Desde aquella intrigante nota, mi mente no conseguía olvidarse de esos maravillosos ojos y ni siquiera de su luminosa sonrisa...
Al llegar a mi dormitorio, me dirigí al cuarto de baño y abrí la ducha para que se templara el agua, mientras me desnudaba.

Me descalcé de mis bailarinas y comencé a desabrochar lentamente mi camisa, de abajo hacia arriba, deteniéndome en cada botón...deslizándola, posteriormente, por mis brazos, dejándola caer encima de las sábanas...
A continuación, me deshice de mis pantalones vaqueros, quedándome en ropa interior...

Me dirigí al baño, donde la ducha se encontraba abierta...probé la temperatura del agua con las yemas de mis dedos...

Me puse frente al espejo...y lentamente fui desnudándome por completo...imaginando que eran tus labios los que, deslizándose en mi hombro, descendían los tirantes de mi prenda superior; imaginando que eran tus dedos los que lo desabrochaban; imaginando que eran tus manos las que acariciaban con dulzura mis senos; imaginando que eran tus brazos los que rodeaban mi cintura; imaginando que, de nuevo, tus dedos traviesos recorrían mis nalgas despojándome de la tela que aún quedaba...

Me introduje en el plato de la ducha y dejé que las cálidas gotas del líquido elemento recorrieran mi cuerpo como si de tus besos se trataran...
El baño me produjo una sensación extraña...a la vez que relajaba mi ser, provocó en mí un enorme deseo hacia ti...

Anhelo que crecía conforme, tras secarme, iba aplicando la crema hidratante sobre mi piel....soñando despierta....que era tu tacto el que realizaba ese gesto de hidratación...activándome entera...deseando conocerte, aún más explorarte y hacerme dueña de todos tus sentidos...
Mi cuerpo ardía, quemaba mi piel al reiterarse mis pensamientos contigo...necesitaba calmar todo ese incendio...

Al llegar a la altura de mis muslos, mis manos veloces no pudieron resistirse al calor que manaba de mi interior...
Me tendí en el sillón que había en el dormitorio, mis piernas se separaron, dejando que toda mi humedad se deslizara en el paraje que se encontraba.
Mis dedos inundados de crema sintieron la suavidad resbaladiza de una isla volcánica en aquel océano...totalmente erecta y sensible a cualquier caricia...despertando de mis cuerdas vocales los primeros suspiros dedicados a ti....

Mis dedos acariciaban lentamente mi clítoris, sintiendo unas incipientes cosquillas en mi interior...
Conforme mi mano se acercaba al río de mi deseo, la danza de mi ser, empezó a ser vertiginosa...agitándose mi cuerpo, tensándose mi espalda y activándose mis sentidos...para posteriormente relajar ese placer en un ardiente gemido.

Tras ese momento de relax placentero, pensando en ti, me dispuse a terminar aquello que había comenzado: prepararme para la cena...me maquillé suavemente, dando cierto aire felino a mi mirada verde, me introduje en mi corto vestido negro que simulaba una túnica y me calcé unas sandalias coordinadas con el resto del vestuario...

Entre tanto en mi cabeza vagaba la idea de cuándo poder llamarte..."Después de cenar", pensé.
Me perfumé delicadamente con aroma de rosas...en el pulso de las muñecas, en el valle de mis senos y detrás de mis orejas, antes de salir...

Me dirigí hacia el restaurante elegido...la noche era cálida e ideal para pasear en las calles de la ciudad...
En la entrada del local, se encontraban mis amistades...
Era un restaurado edificio antiguo, cuyas plantas se habían utilizado para los distintos comedores. 
Destacaba su diseño vanguardista y la decoración era sencilla y sobria, aportándole un estilo elegante al igual que el hilo musical que acompañaba a los comensales.

Nuestra mesa se encontraba cerca del mirador acristalado, a través del cual se admiraba parte del casco histórico iluminado.
Sin embargo, mi situación en la mesa era opuesta al paisaje, pudiendo observar todo el salón comedor...

Mientras charlaba animadamente con mis compañeros de mesa, eligiendo qué menú degustar, una de las camareras se acercó a mí, entregándome una misteriosa nota doblada.
"Aún no conozco tu voz....", se leía en el papel...e inmediatamente, sin pensarlo, mis ojos se perdieron entre las mesas buscando los tuyos...

Mientras te buscaba, tú, al fondo del comedor, viéndome en tal situación, sonreías traviesamente.
Y, por fin, nuestras miradas se volvieron a cruzar en la lejanía...intensamente...manteniéndose...
Solicité a la camarera material de escritura para contestar tu mensaje: "En media hora en el hall del ascensor", escribí...y tras doblar el pequeño papel se lo devolví a la persona que nos estaba sirviendo para que te lo entregara...

Al recibir mis letras, confirmaste la cita dibujando una amplia sonrisa en tus labios...
Durante la espera, mientras degustábamos nuestros respectivos menús...nuestras pupilas jugaban al escondite, siendo cazadas al instante.

Llegó el momento de nuestro encuentro... me disculpé en la mesa y me dirigí hacia la salida del comedor...
Al pasar cerca de ti, rozaste con tu mano, mi brazo...provocando un escalofrío que recorrió mi cuerpo.

Tú esperaste unos segundos más para encontrarte conmigo...lo suficiente para distraerme en mis pensamientos y no sentir tu presencia hasta que tus cálidos brazos rodearon mi cintura, respondiendo con un pequeño respingo...

Nos miramos de nuevo...te saludé tímidamente, contestando tú con una imprevista caricia de tus labios en los míos...y un posterior apasionado susurro en mi oído..."Vayámonos de aquí", propusiste..
.
Estando apoyada en la puerta del ascensor, cautiva en la dulce cárcel de tu cuerpo, tu mano, enlazada ya en mis dedos, pulsó el botón que activaba al mismo...

Un breve e intenso viaje en el montacargas, nos llevó a la salida del local...aún el efecto del tacto de las yemas de tus dedos en mi espalda semidesnuda intentando conquistar la piel que se escondía debajo de la tela, continuaba como si de cosquillas producidas por una suave pluma se tratara...al igual que la huella de tus besos que habían acariciado el lóbulo de las orejas y el cuello durante el trayecto...

Dejamos las luces de la pequeña urbe en la lejanía, para que nos iluminaran las estrellas y la luna que en aquellos momentos nos observaba con su gran rostro redondo...

Durante el trayecto hacia nuestro desconocido destino, una mano tuya, distraídamente, como si de un mimoso gatito se tratara, se entrelazaba entre mis piernas...desde mis rodillas y ascendiendo por mis muslos y su interior retirando el velo de mi vestido que cubría la piel...provocando sensibles cosquillas con tus ardientes dedos...

Llegamos a un paraje en el que se parecía intuir un pequeño lago...descendimos del vehículo y apoyada en él, tus labios dulce y lentamente empezaron a acariciar los míos....deslizándose por mi cuello, dibujando el contorno de mi mandíbula y sintiendo la vibración de mis cuerdas vocales mientras suspiraba.

Tus manos continuaban traviesas el ascenso de mis piernas que anteriormente habías comenzado...tus dedos se desplazaban ágiles en dirección a mis nalgas...abrazándome posteriormente cada vez de manera más intensa sintiendo tu calor.
Al percibir la ausencia de prendas interiores, tu mano se perdió en el interior del monte dedicado a la diosa, acariciando el lago sagrado...y fluyendo de mi boca extasiados suspiros.

El calor comenzaba a invadir mi cuerpo...tus dedos descendían la cremallera del vestido que se deslizaba por mi piel, dejando al descubierto mis senos, que tus labios se dedicaron a adorar, sintiendo tus dientes en mis pezones suavemente...

Tus manos derretían mi espalda a la vez que mi cintura y mi cadera...y tu boca descendía peligrosamente por mi vientre y mis ingles...hasta que tu cabeza desapareció entre mis piernas...

Me pediste que me tendiera en el capó del coche...tu cintura entre mis extremidades inferiores...te atraje hacia mí porque deseaba besarte y volver a sentir el calor de tu pecho encima del mío...
Tu boca y tus manos volvieron a deshacerse en excitantes caricias en mi piel...descubriendo los rincones más íntimos dónde la excitación es mayor en contacto con tu cuerpo.

Tus labios, de nuevo, descansaron en la entrada del templo del placer y tu lengua recorrió toda la íntima estancia rociando su humedad en la mía...danzando en su altar provocando de nuevo ardientes suspiros...incrementando la temperatura corporal

Deseaba desnudarte, descubrirte, explorarte...encender todos tus sentidos...

Me incorporé, volví a atraerte con mis piernas hacia mí...comencé a incendiarte la piel con caricias de mis labios en tu cuello; con pequeños soplidos en tu nuca y en tus orejas; con las yemas de mis dedos, en tu espalda; con mis dientes suavemente en tu pecho; con mi lengua, en tu abdomen y en tus muslos..., mientras me deshacía de tu ropa, para posteriormente saborear el postre que no habíamos llegado a degustar en el restaurante...

Yo estaba de pie, ya enfrente de ti...entre mis manos tu ardor acariciándolo suavemente, lentamente para que experimentaras todas las sensaciones...un dedo exploraba la cumbre, húmeda y caliente...cuyo líquido comenzaba a inundar toda la superficie.

Me incline sobré la deseada montaña, percibías mi cálido aliento muy cerca...como iba cubriendo la misma, poco a poco...
Mi lengua correteaba en toda ella...haciéndote excitarte aún más conforme la sentías en el interior de la bóveda vocal...

Tenías los ojos cerrados...se escuchaban los sonidos de tu placer que comenzaban a desatarse libremente por la brisa nocturna conforme la intensidad de las caricias húmedas aumentaba...

Ni tú, ni yo...soportábamos tal incendiaria emoción...te recostaste en la hierba, apoyando tu espalda en el tronco de un árbol...me tomaste de la cintura con tus manos, reposando mi cuerpo en ti...identificándome con una amazona...convirtiendo nuestro deseo en una inundación cálida, tensa, placentera como si de una tormenta de verano se tratara, sin nubes, sin truenos y sin rayos...solamente la electricidad de nuestros cuerpos y el rugido de nuestras voces...para llegar a una calma extasiada bañada por la luz de la luna.

Comentarios

Tallahassse ha dicho que…
Ufff, qué intenso. Si es que no hay nada como un desconocido para encender la mecha ;)
caperu ha dicho que…
Muchas gracias por el comentario y bienvenid@ a este rincón en la red. Saludos ;)

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