HAPPY BIRTHDAY



Estábamos a mediados de junio, el día amaneció luminoso y se intuía caluroso, perfecto para empezar un magnífico fin de semana a orillas del Cantábrico y celebrar contigo un inolvidable cumpleaños.

Temprano me dirigí hacia la estación de autobuses... me subí en el primero de la mañana ya que tenía cinco horas de viaje, así llegaría al mediodía y comeríamos juntos.
A esas horas, aún refrescaba, con lo cual, encima de mi vestido de tirantes, llevaba una pequeña chaqueta para aliviar el frío matutino.

La música, la lectura y el sueño hicieron que el trayecto se me hiciera más corto de lo que en realidad era.

Conforme el autocar se acercaba a la ciudad elegida, el nerviosismo por verte era cada vez mayor... deseaba, de nuevo, besar tus labios, acariciar tu piel y sentirme la mujer más feliz del mundo entre tus brazos...

Al llegar y a través de la ventanilla, me dediqué a buscarte con la mirada...estabas entretenido preguntando en dónde y cuándo llegaría el coche de línea...sin embargo, al bajar del bus desapareciste.

Tras recoger mi pequeña maleta, me dirigí hacia los asientos, para así llamarte y saber tu situación.

Sin embargo, aún no sabía que estabas detrás de mí...hasta que sonó la melodía que te identificaba en mi teléfono móvil, lo descolgué y tu voz me susurró, en vivo, el " felicidades, cielo " más provocativo que jamás había oído, mientras que uno de tus brazos rodeaba mi cintura acercándome a ti.

Ya, sin la chaqueta que anteriormente me cubría, mi espalda, parcialmente desnuda, sentía el calor de tu pecho y en mi cuello...el aliento de tus besos suaves que me comenzabas a dar...
Me volví hacia ti...e irremediablemente, tras perdernos en nuestras miradas, nuestros labios se fueron acercando lentamente hasta que consiguieron acariciarse. Estuvimos unos minutos que se hicieron eternos abrazados, sintiendo ambos, mis brazos en tu cuello y los tuyos abarcando todo mi cuerpo.

Abandonamos el lugar, dirigiéndonos entre mimos, caricias y besos hacia el hotel que habíamos reservado...
En el camino hacía nuestro hospedaje, te llamó la atención, en el escaparate de una confitería, una pequeña y dulce tarta de fresas y nata, que adquiriste por ser mi cumpleaños para disfrutarla en el dormitorio.

Cruzamos la puerta del hotel y nos dirigimos hacia el ascensor...deshaciéndonos en suaves a la vez que apasionadas dulzuras...
Estando ya,  en esos pequeños metros...te situaste detrás de mí y en tus manos apareció, proveniente  de uno de los bolsillos de tu pantalón, un pañuelo de suave tacto de color oscuro, con el cual me tapaste los ojos...

En ese momento, tus caricias y besos encima de mi ropa se convirtieron en más sensuales y excitantes, volviéndose más intensos el resto de mis sentidos:...descubriendo tu aroma y respondiendo, sensiblemente, a lo que me provocaban tus traviesos dedos.
Mantuve mis ojos cerrados con el suave pañuelo dejándome guiar por tu mano...por el pasillo, tras dejar el ascensor.

Al llegar a la habitación, dejaste mi equipaje en el armario y la pequeña tarta en el minibar...para después encender la cadena musical del dormitorio...
Tras de mí, cerraste la puerta, y rodeándome con tus brazos, me dijiste muy cerca, al oído: "disfruta"...

Asombrada y perpleja confíe en ti y me dejé llevar...
En ese momento, tus labios comenzaban a acariciar los míos, y poco a poco, se iban escondiendo por mi cuello, por mi escote.... y, mientras, tus dedos traviesos desataban los tirantes de mi vestido y como una pluma rozaban mis hombros y mi espalda...
Sentía con intensidad los efectos de tus mimos, la temperatura de tu piel, el sabor de tus besos y el perfume que desprendías.

Estábamos apoyados en el marco de la puerta de entrada del dormitorio, de pie...
Sin embargo, te fuiste agachando hasta quedar de rodillas ante mí.
Tus manos empezaban a torturarme placenteramente, primeramente por mis tobillos, ascendiendo por  mis piernas y mis muslos..terminando, introduciéndote en la falda de mi vestido.

Tu boca ahora iba a ser la encargada de hacerme estremecer... me acariciaba por encima de mi mínima pieza inferior....tu aliento se convertía en un huracán en mi vientre, en mi ombligo....
Tu ascenso iba a la par que el de mi vestido que al llegar a la altura de mis senos, lo hiciste desaparecer.

Mi pecho se mostraba ante tí completamente desnudo, con los pezones completamente erguidos y duros debido a tu excitante adoración de mi cuerpo.
Tus dientes los apretaron suavemente, haciendo que de mi garganta saliera un entrecortado suspiro.
Entrelados nos fuimos acercando al lecho, dulcemente tus brazos me dejaron reposando en las sábanas...

Tus manos volvieron a acariciar de nuevo mis extremidades inferiores consiguiendo que tu cuerpo se refugiara entre ellas...


Tu lengua traviesa jugaba recorriendo el caudaloso río de mi placer, deteniéndose en la  apetecible roca  que le precede...lamiendo y mordisqueándola suavemente...
Esto producía que de mis labios brotara una melodía placentera que se acrecentaba cuando tus ágiles dedos comenzaron a explorar, uno por uno, la cueva que había detrás de la cascada...provocando una enorme tensión en todo mi cuerpo.

Deshice el nudo del pañuelo que me impedía ver...nuestras miradas permanecieron fijas acompañadas por una gratificante sonrisa...

La tela era lo suficientemente grande para rodear suavemente tu cuello y sin soltarla atraerte hacia mí..., besarte...para posteriormente, sin decir nada, cubrir tus ojos como tú lo habías hecho conmigo.

Tú, aún, seguías vestido...estabas sentado ahora en el borde de la cama.
Desde atrás... mi boca empezaba a soplar suavemente en tu cuello, tu nuca y el trocito de piel que hay detrás de las orejas...sentías mi aliento que desprendía una suave brisa fresca, pero que te estaba empezando a activar...mis manos empezaban a acercarse a tu camisa para ir desabrochando los botones, que ya te comenzaban a arder en la piel...

Poco a poco, hice que tu prenda se deslizara lentamente por tus brazos...rozando con mis dedos tus hombros, tu espalda, primero por los omoplatos y posteriormente bajando por tu columna vertebral...lo que te provocaba escalofríos de placer.
Mis manos reposaron después en tu cintura para ascender a tu costado y pellizcar suavemente tus pezones.

Me sitúe frente a ti...agachándome....te pedí que tumbaras para así desnudarte más fácilmente.
Mis dedos desabrocharon con agilidad tu pantalón....te acaricié por encima del boxer tu excitación que estaba ya húmeda y bajo mis manos el calor y la tensión aumentaban...

Mi mano se escondió entre la tela de tu ropa interior...deseaba sentir el tacto y la temperatura de tu erección...deshaciéndome de tu boxer...
Mediante un susurro te pedí que te colocaras más cerca de la almohada...
Me fui aproximando...situándome a horcajadas sobre tí...dándote la espalda...la palma de una de mis manos acariciaba tu excitación, mientras la otra la sujetaba con seguridad.

Mi cuerpo se iba agachando y desplazándose hacía atrás hasta que mi boca estuvo a la altura de tu dulce caramelo...
A la vez que lo saboreaba despacio, lentamente provocando ciertos sobresaltos de placer... (mi lengua acariciaba circularmente en la cumbre del volcán...encontrando el punto exacto para que tus labios comenzaran a suspirar), tus manos, al sentir el calor de mi piel, empezaron a acariciar mi espalda y  mis nalgas....

Estabas tan excitado que me atrajiste hacia ti...comenzando a jugar irremediablemente y frenéticamente (con el fin de volverme loca), con tus dedos y tu boca en mi humedad...mientras yo seguía degustándote.....logrando que en ambos surgiera la necesidad de sentirnos aún más...

En ese momento,  hiciste desaparecer la venda que te tapaba los ojos...me incorporaste, haciéndolo tú también... sentándome sobre ti...aún de espaldas.
El suave pañuelo acariciaba mi columna vertebral, mis brazos, mis hombros, los costados, mi cadera...un momento de relax antes de la tormenta que deseábamos...

Tus brazos se aferraron con fuerza a mí, después de que buscase tu excitación con mis manos, me elevara, rozara en ella mi humedad...y poco a poco fuera introduciéndose en ese mar en tempestad que había en mi interior...

Conforme el movimiento de las olas iba siendo mayor...tus dedos se aferraban a las rocas de mis senos como si no quisieras naufragar...mi espalda se acercaba cada vez más a tu pecho y mi cabeza reposaba en tu hombro escuchando el placer que salía de tus labios al unísono que de los míos...

Tus manos apretaban mas mi cuerpo que estaba en completa tensión al igual que el tuyo...relajándose en un orgasmo simultáneo.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Buff… Tienes un blog de los que te hacen sudar. Es una lastima que no haya categoría de erótico en el concurso.

Salu2 y mucha suerte.
caperu ha dicho que…
Muchas gracias por el comentario. me alegro que hayas disfrutado con la lectura del blog. Saludos.

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